El Ejército israelí informó este jueves que ha atacado más de 160 objetivos militares del grupo chií Hizbulá en las últimas 24 horas a lo largo del territorio libanés, incluyendo lanzaderas de proyectiles. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) señalaron que en las operaciones han muerto alrededor de 20 combatientes del grupo y se han destruido importantes instalaciones militares.
Según el comunicado castrense, las FDI continúan con sus «ataques terrestres limitados, localizados y selectivos» en el sur del Líbano, aunque estas acciones han dejado aldeas devastadas y han causado la destrucción de edificios enteros en Beirut, con un saldo de 1.800 personas fallecidas desde el inicio de la incursión terrestre hace menos de un mes.
Además de los bombardeos, las tropas israelíes afirmaron haber encontrado armas en viviendas de supuestos terroristas de Hizbulá, incluyendo fusiles AK-47, misiles portátiles y grandes cantidades de explosivos y lanzamisiles. Las fuerzas también destruyeron almacenes con cientos de misiles antitanque.
El Ejército libanés denunció este jueves la muerte de tres de sus militares, entre ellos un oficial, tras un ataque israelí mientras realizaban una operación de evacuación de heridos en el sur del Líbano. Diversos países han criticado los ataques de Israel contra militares libaneses y la misión de la ONU en el sur del Líbano (FINUL).
Las FDI también lanzaron ataques en Dahye, un bastión de Hizbulá en los suburbios del sur de Beirut, donde han centrado sus esfuerzos en destruir instalaciones y fábricas de armas ubicadas en zonas civiles. Israel acusa a Hizbulá de utilizar infraestructura civil para proteger sus instalaciones militares, poniendo en peligro a la población local.
Las hostilidades entre Israel y Hizbulá se intensificaron en octubre de 2023, cuando el grupo chií inició ataques en solidaridad con Gaza. Desde entonces, el conflicto ha escalado con bombardeos y enfrentamientos, dejando más de 2.500 muertos en el Líbano, de los cuales Israel afirma que más de un millar son milicianos. Del lado israelí, se han registrado 60 víctimas mortales, 28 de ellas civiles.